martes, 2 de abril de 2013


El Mendigo y El Ángel

El mendigo se sienta en su alcoba a beber el té.
Al atardecer enciende un fueguito y se sienta a tejer.
Un mendigo peculiar de este podría tratarse, más mendigo permanece.
Luego, al recorrer su casa observa su imagen reflejada en un espejo, y al compararla con la del día anterior
no puede evitar dejarse invadir por el asombro.
La cara, al convertirse en máscara, modifica su aspecto.
Sigue siendo él .... por supuesto, pero si ya su cara es diferente ¿Cómo puede ser él mismo?
Entonces comienza la batalla, con movimientos bruscos y desesperados va luchando
contra su propia sombra, contra quién sabe qué...
Por un instante se olvida de lo que era y completamente alocado, dispara estallidos de cólera acumulada, 
de gritos infantiles, de súplicas de amor.
Su pecho comienza a arder, muy intensamente y de su espalda dos brotes comienzan a crecer
cual árboles de sus omóplatos.
Paralizado queda, con las piernas temblando.... y sin que se de cuenta, hueso y pluma se unen
Cartílago.

Hermosas, blancas y radiantes......
De su espalda comienza a irradiar una luz inmensa y blanca.
Son alas enormes.
El mendigo se ha convertido en un bello ángel.

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